La inflamación post entreno o después de una lesión
- CatLex Method

- 19 sept 2024
- 4 Min. de lectura

¡Hola Gatis! Hoy quiero hablarles de un tema que seguramente todxs hemos experimentado en algún momento: la inflamación, especialmente relacionada con la recuperación muscular y las lesiones. Aunque muchas veces la asociamos con algo negativo, en realidad, es un proceso fisiológico esencial para nuestra recuperación. Vamos a profundizar un poco más y entender lo que realmente está ocurriendo en nuestro cuerpo cuando nos inflamamos y por qué no siempre es una buena idea eliminar la inflamación con medicamentos.
¿Qué es la inflamación y por qué ocurre?
La inflamación es una respuesta biológica compleja a estímulos dañinos, como las lesiones físicas o el estrés mecánico que sufrimos al entrenar. Cuando entrenamos, especialmente si lo hacemos con alta intensidad, ejercicios de flexibilidad muy exigentes o que involucran profundizar mucho en el ejercicio, o levantamos mucho peso, creamos microdesgarros en las fibras musculares. Este daño muscular es, en parte, lo que permite que los músculos se vuelvan más fuertes y más grandes con el tiempo, pero el primer paso para esa reparación es la inflamación.
En términos más técnicos, cuando ocurre una lesión o daño en los tejidos, nuestro cuerpo activa el sistema inmunológico para reparar el daño. Las células inmunes, como los macrófagos, son enviadas a la zona afectada, liberando citocinas (moléculas de señalización) y mediadores inflamatorios como las prostaglandinas y la histamina. Estas moléculas dilatan los vasos sanguíneos, aumentando el flujo de sangre hacia el área lesionada, lo que explica el enrojecimiento y el calor que sentimos en la zona inflamada. Este aumento del flujo sanguíneo trae consigo nutrientes y oxígeno, necesarios para reparar el tejido dañado.
Además, durante el proceso inflamatorio, las células inmunitarias se encargan de eliminar los residuos celulares y de iniciar la reparación del tejido muscular. Es un mecanismo de defensa que busca proteger al cuerpo y permitir la regeneración.
¿Por qué no debemos eliminar la inflamación con medicamentos?
Aquí es donde muchos cometen un error. Cuando sentimos dolor e hinchazón, es tentador buscar alivio inmediato con medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno o el naproxeno. Estos fármacos funcionan bloqueando la producción de prostaglandinas, que son las responsables de provocar inflamación y dolor. Aunque esto puede darnos alivio a corto plazo, interrumpir el proceso inflamatorio natural puede retrasar la recuperación a largo plazo.
La inflamación, como dije antes <3 antes, es crucial para que el cuerpo repare el daño. Al inhibir este proceso, no permitimos que las células inmunitarias hagan su trabajo correctamente, lo que puede llevar a una recuperación incompleta o más lenta. Un estudio publicado en la revista Journal of Applied Physiology mostró que el uso crónico de antiinflamatorios puede reducir la síntesis de proteínas musculares, lo que significa que los músculos no se recuperan ni crecen tan eficientemente como deberían.
¿Cuándo la inflamación se convierte en un problema?
Si bien la inflamación es necesaria, también puede ser contraproducente si se descontrola. Una inflamación excesiva o prolongada puede causar daño adicional al tejido y ralentizar la recuperación. Este tipo de inflamación crónica puede generar una respuesta catabólica, es decir, que en lugar de construir músculo, el cuerpo empieza a descomponer el tejido muscular.
Por eso, aunque no queremos eliminar la inflamación completamente, sí es importante controlarla. Aquí es donde entra en juego un enfoque equilibrado: permitir que la inflamación cumpla su función sin que se vuelva crónica o excesiva.
¿Cómo podemos controlar la inflamación de manera natural?
Entonces, ¿qué podemos hacer para controlar la inflamación de manera saludable sin recurrir a medicamentos que la bloqueen por completo? Aquí les dejo tres consejos basados en la ciencia para controlar la inflamación después de entrenar o sufrir una lesión:
Descanso activo: Aunque puede parecer contradictorio, no es recomendable permanecer completamente inmóvil cuando estamos inflamados. Un descanso activo implica realizar movimientos ligeros, como caminar o hacer estiramientos suaves. Esto ayuda a mantener la circulación sanguínea, lo que facilita la eliminación de residuos metabólicos y proporciona nutrientes esenciales para la recuperación. El movimiento controlado también previene que el músculo se debilite demasiado durante el período de recuperación.
Terapia de frío y calor: Alternar entre masajes con hielo o paletas de agua y compresas frías y calientes es una técnica efectiva para controlar la inflamación sin detener el proceso completamente. El frío es útil en las primeras 24 a 48 horas después de una lesión, ya que constriñe los vasos sanguíneos y reduce la hinchazón inicial. El calor, por otro lado, puede ser útil más adelante, ya que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y mejora el flujo sanguíneo, facilitando la reparación muscular. Esta combinación de frío y calor puede reducir la inflamación excesiva sin eliminarla completamente.
Alimentación antiinflamatoria: Lo que comemos juega un papel importante en cómo nuestro cuerpo maneja la inflamación. Alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado (salmón, sardinas) y las nueces, tienen efectos antiinflamatorios naturales. Los antioxidantes, que se encuentran en frutas y verduras, también ayudan a reducir la inflamación. Por otro lado, debemos evitar alimentos procesados, azúcares refinados y grasas trans, que pueden aumentar la inflamación en el cuerpo.
En resumen
La inflamación es un proceso natural y necesario para que nuestro cuerpo repare el daño muscular y las lesiones. Aunque el dolor y la hinchazón pueden ser molestos, es importante recordar que nuestro cuerpo está haciendo su trabajo. Bloquear la inflamación con medicamentos puede parecer una solución rápida, pero en realidad puede retrasar la recuperación y afectar negativamente nuestro rendimiento a largo plazo.
En lugar de recurrir a antiinflamatorios de inmediato, enfócate en estrategias naturales para controlar la inflamación sin eliminarla por completo. Descanso activo, terapia de frío y calor, y una dieta adecuada son herramientas que te ayudarán a recuperarte más rápido y a largo plazo, ser más flexible!
¡Así que la próxima vez que sientas ese dolor post-entrenamiento o una lesión, ya sabes cómo manejarlo de manera más inteligente! 💪🔥




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