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Pilates y el Método Catlex: la experiencia de Ari

Pilates y el Método Catlex: ¿Cómo se complementan y por qué me encanta entrenar ambos?



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¡Hola! ¿Cómo estás? Soy Ari, una de las profes de Catlex. Soy instructora de Pilates desde hace más de 10 años, y quiero contarte cómo la flexibilidad —en especial con el método Catlex— cambió por completo mi forma de entrenar y ver mi cuerpo.

Cuando empecé a practicar flex con Catlex, sinceramente, cambió mi vida. Tenía muchos límites, no solo físicos sino también mentales. Creía que mi capacidad ya estaba definida: pensaba que los flexibles eran los “suertudos”, o los que habían empezado desde niños.

Mi cuerpo siempre se caracterizó por ser rígido, con dolores musculares e inflamaciones frecuentes. Eso me hacía sentir que nunca iba a poder avanzar en este aspecto. Pero un día me dije: “Bueno, todo sea por mis estudiantes. Si yo aprendo más sobre flexibilidad, podré complementar mejor su entrenamiento de fuerza y resistencia.”

Lo que no esperaba era que esa decisión también fuera lo que yo necesitaba. Me sorprendí al descubrir que practicar flex era lo que me faltaba. No estaba rígida "de nacimiento"; estaba rígida porque nunca había entrenado la flexibilidad de forma específica. ¿Me explico? No era una condena genética, era falta de estímulo.


¿Cómo se complementan Pilates y flexibilidad?


Con el tiempo comprendí que el entrenamiento específico de flexibilidad (como estiramientos activos y pasivos) potencia los beneficios del Pilates, y viceversa.

Pilates proporciona una base sólida de fuerza, control y conciencia corporal, que permite realizar los estiramientos con mayor eficacia y seguridad. Por su parte, el trabajo de flexibilidad te ayuda a aumentar la amplitud de movimiento, prevenir lesiones y mejorar el rendimiento físico en general.

Estas dos disciplinas comparten principios fundamentales como el control del movimiento, la respiración consciente, la concentración y la fluidez. A diferencia de los estiramientos estáticos aislados, cuando integrás flows o secuencias de Pilates podés desarrollar una flexibilidad funcional: útil para la vida diaria, el deporte, la danza... en mi caso, ¡para bailar!


¿Qué cambió en mí?


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A través de este entrenamiento, descubrí una nueva versión de mí misma. Me siento mucho más cómoda y orgullosa de mi cuerpo y sus habilidades. Y sí: cuando desarrollamos nuevas habilidades, también ganamos confianza.

Aún tengo mucho por aprender, pero mi progreso ha sido increíble. Hoy mi enfoque está en ganar potencia, porque ciertos trucos avanzados lo requieren. Por eso entreno fuerza explosiva y ejercicios de control corporal, como rolls, L-sits, handstands y vueltas carreta (o sus preparaciones). Mi fórmula es:

Fuerza explosiva + técnica específica + core fuerte + movilidad + práctica progresiva + recuperación.

Sé que suena a mucho, ¡pero ese es el encanto del movimiento! Cada vez que superás un nivel, aparece otro que te reta más. Ya no me genera ansiedad lo que no puedo hacer. En vez de eso, armo un plan, voy paso a paso y disfruto ver cómo avanzo.


Consejos si querés integrar Pilates a tu entrenamiento de flexibilidad


  1. Entrená con una mente abierta. Pilates puede parecer suave, pero trabaja músculos profundos que no se activan fácilmente. Aunque los movimientos sean lentos, son intensos y muy efectivos.

  2. La técnica importa. A medida que aprendés más técnica, los ejercicios “fáciles” se vuelven más desafiantes. ¡Y eso está bien!

  3. Calidad > cantidad. No se trata de hacer muchas repeticiones, sino de hacerlas bien. El control, la respiración y la precisión valen más que la velocidad.

  4. La respiración es clave. Ayuda a activar el centro, moverse con fluidez y mantener el enfoque. Hay muchos estilos de respiración en Pilates: usá el que a vos te funcione mejor.

  5. Escuchá tu cuerpo. Ni el Pilates ni el entrenamiento de flexibilidad deberían doler. Si algo se siente mal, ajustá la postura o hacé una versión más suave. Aprender a respetar tus límites es parte del proceso.

  6. Constancia, aunque sea un poquito. En flex, más que en cualquier otra disciplina, la constancia es clave. Aunque solo estires unos minutos al día, tu cuerpo lo va a agradecer. Y sí... ¡también hacé esas planchitas y push-ups que no te toman ni 10 minutos!

  7. No necesitás máquinas. Aunque las máquinas están de moda, entrenar Pilates con una colchoneta (mat) es igual de valioso. A mí me encanta porque me permite moverme libremente.

  8. Grabate. Puede dar pereza, pero grabarte te ayuda a ver tu progreso y a corregir tu alineación. No lo subas si no querés, ¡pero usá tu cámara como aliada!

  9. No normalices el dolor. Si tenés lesiones o dolores crónicos, no los ignores. Escuchar y cuidar tu cuerpo es parte del proceso. Disfrutar tu progreso a tu ritmo vale más que cualquier comparación.



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Para cerrar…


Espero que este blog te haya inspirado a explorar el Pilates y el método Catlex desde otra perspectiva. Ambas prácticas pueden transformar tu cuerpo y tu relación con el movimiento si les das tiempo, paciencia y cariño.


Nos seguimos leyendo, y si querés compartir tu experiencia, ¡me encantaría saber cómo te va!


Abrazo, Ari


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